La vaca voladora
En un pueblo de la montaña un pastor tenía una vaca muy flaca... ¿Y sabéis por qué era tan flaca? Porque la hierba del valle no le gustaba nada de nada... Así que un día el pastor se dijo:
"Como la hierba del valle no le gusta a mi vaca, la llevaré a pastar a la montaña".
La vaca se puso muy contenta cuando supo que el pastor la llevaba a la montaña... El problema es que, cuando llegó allí, a la vaca siguió sin gustarle la hierba... Y se puso aún más flaca. El pastor estaba desesperado, y se dijo para sí:
"¿Qué puedo hacer, si a mi vaca la hierba no le gusta comer?".
El pastor estaba muy preocupado porque como la vaca no comía, tampoco daba leche. Y lo que es peor, ¡estaba muy débil y enferma!
Un día, el pastor decidió bajar de la montaña de nuevo al valle, y para despertar a la vaca, que estaba durmiendo en la hierba, le dio una palmada, así...
Y entonces, mirad por dónde, la vaca empezó a flotar en el aire... Y como el pastor veía que se le escapaba, la agarró por la cola... Ya os podéis imaginar qué escena más curiosa: la vaca volando por el cielo, y el pastor agarrado de su cola...
Afortunadamente, cuando la vaca llegó a la altura de las nubes, el pastor consiguió sentarse en su lomo... ¡Uy! Qué vértigo tenía el pastor... Porque el suelo estaba realmente muy lejos...
¿Y sabéis lo que hizo la vaca? Empezó a comerse las nubes del cielo... "¡Mmm! Están deliciosas", decía la vaca a su manera, es decir, mugiendo.
Al cabo de un rato, la vaca se había comido una nube... Y cuando acabó con esa, se comió otra, y luego otra, y otra... Se comió tantas, que dejó el cielo sin nubes... Y cuando estaba realmente llena, dio un salto y volvió a la montaña de la que había partido...
¿Y creéis que ahora la vaca dio leche, sí o no?
¡Claro que sí! La leche más deliciosa del valle... Tan rica, que todos los habitantes de los pueblos vecinos iban a comprársela a ese pastor.
A partir de entonces, ese pastor dejaba que su vaca pastara cada día en las nubes del cielo... Y como a él le daba mucho vértigo subir allí arriba, le colocó una campanita como ésta en el cuello... Cuando la oía sonar, sabía que su vaca estaba muy cerca...
Pero un día esa vaca no volvió... Porque se enamoró del Toro del Cielo... La Constelación de Tauro. Y con él tuvo becerros... Las siete estrellas llamadas Pléyades (también llamadas las Siete Hermanas).
Como la vaca y sus becerros tenían mucha hambre, se comían todas las nubes del cielo... Por eso en verano llueve muy poco... ¡Porque es cuando la vaca del cielo y sus becerros tienen más hambre!
¡Ah! Os contaré un secreto... Si algún día oís un trueno en el cielo, eso es porque sus becerros mugen mientras juegan... ¡Es que son tan traviesos!
Moraleja: Nunca es tarde cuando la dicha es buena.