El Génesis precolombino
La Historia es un enorme cedazo lleno de agujeros. Se filtra lo que a los creadores de consenso les “interesa” dar a conocer; y el resto –el residuo- se queda atrás, resguardado de la mirada del público. La cantidad de residuo –es decir, de “historia oculta”- depende del calibre de los agujeros: a mayor calibre, más información; a menor calibre, más ocultación. El debate sobre el poblamiento de América es un buen ejemplo de ello.
No se oculta por voluntad de engañar. No es preciso que lo que se expone en los libros de Historia sea falso. Puede ser, sencillamente, incompleto. Los puristas –los que se llaman a sí mismos “científicos”- arguyen que no se deben dar por buenas teorías si no han sido contrastadas con los hechos. Pero éstos están ahí. A veces escondidos, a veces descontextualizados. Sólo hay que cotejarlos entre sí. Y ello exige una labor de síntesis.
A los puristas no les gusta el “método comparativo” porque, supuestamente, es proclive a la especulación, a la creación de grandes teorías inverificables. Y puede que tengan razón. Pero desde mi punto de vista es mucho más anticientífico soslayar una información que se considera “circunstancial”, que exponerla a la mirada del público, en estos tiempos en los que el ciberespacio ha reducido las distancias a cero. La transparencia –la voluntad de exponer absolutamente toda la información- puede permitir encontrar la llave que permita abrir algún cerrojo hasta el momento inviolable.
En este artículo me he impuesto la ardua labor de demostrar que la visión tradicional sobre el poblamiento de América ha de ser revisada. Las argumentos que respaldan esta presunción –que alguno puede considerar atrevida- no son circunstanciales. Están ahí, a la vista del público. Buena parte de estas evidencias conforman lo que se ha venido a llamar el “sustrato mítico” de las Américas; y es bien sabido que la Ciencia oficial no admite el mito como elemento de prueba.
Frente a ello, me atengo a lo escrito por Ronald Bonewitz en su libro Maya Prophecy: “Los arqueólogos tienden a rechazar las leyendas por carecer de evidencias, olvidando que dichas leyendas son por sí mismo una evidencia”.
Índice:
El origen del problema: el problema del origen
Las primeras civilizaciones americanas
Llegan los barbudos
La leyenda de los indios blancos
Los dioses surgidos del mar
El país de la humedad
Anexo: Representaciones de barbudos y negros en la iconografía americana
CUADRO 1: EL DIOS BARBUDO Y LA CRUZ
CUADRO 2: LOS CHACHAPOYA, LOS INDIOS BLANCOS DE LOS ANDES
CUADRO 3: FENICIOS EN AMÉRICA
CUADRO 4: CRISTIANISMO PRECOLOMBINO
CUADRO 5: LA SERPIENTE EMPLUMADA, EN OCCIDENTE
BIBLIOGRAFÍA
Para leer este artículo en su integridad pulsa aquí: