Una sombra en la Gioconda
La Gioconda, también llamada Mona Lisa, es quizás la obra más emblemática de la Historia del Arte. Como explico en mi libro Los mensajes ocultos de Leonardo da Vinci, creo que representa un manifiesto pictórico, y que oculta un mensaje subliminal: el poder fecundador de la Naturaleza, encarnada en una figura de mujer (de ahí que esté preñada), la cual se esconde tras un velo (como la diosa Isis). Édouard Schuré puso nombre a este manifiesto leonardiano: lo llamó el “eterno femenino”.
Durante mucho tiempo me ha inquietado un detalle de la Gioconda que, desde mi punto de vista, ha pasado desapercibido para el público en general y para los críticos del arte. Me refiero a aquella parte en la izquierda, entre los ojos y el escote, con una serie de manchas que, al menos a mí me lo parece, se superponen sobre la pintura sin aportar ningún valor estético positivo.
Obsérvese esta imagen. Aquí vemos, con claridad, dos aspectos importantes: una letra C inclinada hacia el extremo superior derecho; y una mancha, que destaca sobre un paisaje de rocas. Desde mi punto de vista, esta última más se parece a la sombra de una figura humana que a una forma geológica, de la naturaleza que sea.
En la siguiente figura he resumido las tres claves escondidas en esta parte del cuadro. En 1) vemos la sombra a la que me referí en el párrafo anterior. En 2) destaco la C inclinada. En 3) identifico una serie de letras que podrían tener un valor importante en el desciframiento del mensaje oculto en el cuadro. Me referiré a cada una de estas partes por separado.
Por lo que se refiere a la sombra, ésta, como he anticipado, parece representar una figura humana. Pero no en cualquier posición. Es muy posible que, si dicha sombra no es producto de mi fértil imaginación, aquella supuesta figura esté sentada. Es sorprendente el parecido que la mancha tiene, en su perfil, con el de la talla de la Moreneta (la Virgen de Montserrat). Por otro lado, ésta está en una posición sedente.
Como podemos observar, la talla de la Moreneta encaja en la mancha de la izquierda de la Gioconda. ¿Acaso Leonardo quiso aludir a la “virgen negra”, como una sombra que destaca en el transfondo del cuadro?
Nótese que la expresión de la Gioconda es en extremo parecida a la de la Virgen de Montserrat. La izquierda de su boca parece seria; la parte derecha esboza una leve sonrisa.
La C destaca sobremanera, y tiene un tamaño considerable. ¿Qué puede indicar? ¿Acaso Catalogna (Cataluña), el lugar donde se halla la Virgen de Montserrat?
Éste no es el único lugar en el cuadro donde Leonardo coloca letras. De acuerdo a Silvano Vinceti, en los ojos de la Gioconda vemos una L (izquierdo) y una S (derecho); si bien, después de un prolongado estudio de la caligrafía de Leonardo, me inclino a pensar que la letra de la izquierda es una C, no una L. Desde mi punto de vista, hallaríamos aquí el escenario donde tiene lugar esta escena: Catalogna (la C) y Spagna (la S).
En el iris del ojo es distinguible la firma de Leonardo. En concreto, sus iniciales.
Silvano Vinceti y su colaboradora Stefania Romano hallaron asimismo un número 72 debajo del puente (a la derecha). Encima, vemos las letras S y A, aludiendo a San Agustin. De ello hablo en mi libro Los mensajes ocultos de Leonardo da Vinci.
En el paisaje de rocas de la izquierda Leonardo colocó tres letras más. Se ve con claridad una H, pero también se adivinan una C y una E. El maestro italiano podría haber escrito CHE (qué), o bien las primeras letras del apellido de la Mona Lisa (GHE, de Gherardini).
Todo esto no deja de ser una especulación, puesto que las manchas y las claves sujetas a interpretación están abiertas al debate subjetivo. Pero creo que es un elemento más de análisis que nos puede dar pistas sobre el mensaje subliminal (oculto) del cuadro.