Brujas y agotes, los últimos rescoldos
La gran Tradición no murió, sino que se transformó. Con la aparente aniquilación de la herejía cátara, y con el fin de la orden templaria, la Iglesia consiguió una resonante victoria: la ortodoxia se impuso al pensamiento libre, a una concepción alternativa del cristianismo. Pero la heterodoxia no fue completamente extirpada: el beguinismo (del que se habla en otro artículo), así como algunas desviaciones populares, al modo de la brujería, cobraron un nuevo impulso. Este último fenómeno es sintomático de un estado de insatisfacción y rebeldía, con respecto al clero, de algunos sectores de la población. Una serie de comunidades (es el caso de los agotes) quedaron estigmatizadas tal vez como resultado de pasados conflictos religiosos. A partir del año mil, el culto popular adquiere nuevos matices, que perdurarán –a pesar de las feroces persecuciones en su contra- hasta el día de hoy.
Algunos gallegos dicen no creer en “meigas” (en brujas), pero que “haberlas haylas” (haberlas las hay). Ésta es la actitud “prudente” del racionalismo militante, que sólo acepta aquello que es científicamente contrastable. Pero como se suele decir, la “ausencia de prueba no es prueba de ausencia”; o dicho con otras palabras, “que no conozcamos a ninguna bruja no quiere decir que éstas no existan”. Es bien cierto que difícilmente encontraremos aquellas viejas deformes y con verrugas descritas por Shakespeare en Macbeth o en La tempestad. La bruja “comeniños” a lo Hansel y Gretel es fruto de una tradición impulsada por la Iglesia católica para desacreditar todo aquello que se escapa de su control: el conocimiento secreto en manos de las “mujeres sabias”, así como la vieja tradición pagana que ellas han preservado del olvido, hasta el día de hoy.
Miguel G. Aracil, en su libro Dioses, megalitos y fuerzas telúricas, lo expresa con la siguiente frase: “Sólo deseo dejar bien clara una cuestión: yo sí creo en las brujas”. Así, con esta contundencia, dicho investigador catalán deja bien sentada la realidad del fenómeno brujeril, negada a su vez por César Ballester, autor del libro Misterio, magia y ocultismo: “No importa que no existan las brujas...”. En este artículo pretendo despojar de su ganga fantástica este tema, tan manoseado y tergiversado tanto por la ortodoxia cristiana como por los conventículos luciferinos de origen urbano que nada positivo aportan a esta venerable tradición.
Índice:
La bruja maléfica
Mitología brujeril
La danza de las brujas
Brujería y herejía
La brujería en España
El auténtico rostro de las brujas
Los agotes, un pueblo maldito
Los distintos nombres de los agotes
Los cagots, historia de un secreto
¿SABÍAS QUE...?
CUADRO DE TEXTO 1: LA SARDANA Y EL BAILE DE LAS BRUJAS
CUADRO DE TEXTO 2: LAS BRUJAS EN EL DÍA DE HOY
CUADRO DE TEXTO 3: LAS PLANTAS MÁGICAS
CUADRO DE TEXTO 4: LA PATA DE OCA, MARCA OPERATIVA CAGOT
Para leer el artículo entero:
Temas de Historia Oculta (2). Las doctrinas prohibidas