La Gran Pirámide, modelo a escala de la Tierra y del Cielo
Datos esenciales:
Sepulcro de la Gran Pirámide:
Ancho: 0,98 metros (aprox. 1 metro)
Longitud: 2,27 metros
Altura: 1,051 metros
Perímetro del zócalo de la Gran Pirámide (Miguel Pérez Sánchez Pla): 926,1 metros
Circunferencia de la Tierra en los polos: 40.008 km.
Período de la precesión zodiacal: 360 grados x 72 años por grado= 25.920 años.
Número pi: 3,14159
Codo real egipcio: 0,5236 metros
Altura sarcófago/2= 0,5255 (aprox. 0,526, un codo real)
Longitud sarcófago/0,5255= 4,3196955281 (aprox. 4,32)
Circunferencia de la Tierra en los polos/perímetro de la gran pirámide= 43.200,518 (aprox. 43.200)
Número pi/6= 0,5235983333 (aprox. 0,5236, codo real egipcio)
El número pi se obtiene realizando una circunferencia con un metro de diámetro, la cual equivale a 3,14159 metros.
Es decir, los que construyeron la Gran Pirámide obtuvieron el codo real a partir del metro (dividieron 3,14159 entre 6), y para ello debieron conocer la circunferencia de la Tierra en los polos (40.008 km). Con ello conocerían asimismo el número pi.
A partir de ahí ajustaron el perímetro de la Gran Pirámide en una escala 1:43.200 del tamaño de la Tierra.
La Gran Pirámide fue construida con unas matemáticas de base 6, pero no era desconocida la base 10.
Si dividimos 43.200 por el gran ciclo precesional (25.920 años) obtenemos la siguiente cifra: 1,6666666667
Ahora nótese: 10/6= 1,6666666667
Y especialmente:
43.200 / 10 = 4.320
25.920 / 6 = 4.320
Lo que significa que la razón entre la longitud del sarcófago de Keops y el codo real (4,32) no es casual. Y que esta cifra tiene un significado especial, desconocido para nosotros, teniendo en cuenta que su uso es universal (véase más abajo).
Ellos demuestra que los constructores de la Gran Pirámide no sólo vincularon sus dimensiones a las medidas de la Tierra, sino también a la duración del Gran Ciclo precesional. Y que para ello emplearon tanto la base 10 (con la cual obtuvieron el metro, equivalente a 1/10.000.000 del arco de meridiano entre el Ecuador y el Polo), como la base 6 (con la cual obtuvieron el codo real, unidad de medida de la Gran Pirámide, y conocieron el tamaño real de la Tierra y la duración del gran ciclo precesional de 25.920 años).
También pone en duda que los egipcios fueran los verdaderos constructores de la Gran Pirámide.
Desarrollo del artículo:
En el artículo La Gran Pirámide no fue construida en tiempos de Keops expongo una serie de razonamientos que me hacen concluir que, como dice el enunciado, no podemos atribuir al faraón Keops la autoría de este magno monumento. Entre ellos, que sin lugar a dudas la Gran Pirámide incorpora importantes relaciones de la matemática, de la geometría y de la geodesia: el número Pi, el número Fi y el metro. Y a partir de este último, obtenemos el codo real de la Gran Pirámide (0,5236 metros), calculado como la sexta parte de una circunferencia con un diámetro de un metro, dado por el número 3,14159 (Pi). Consúltese dicho artículo para conocer en profundidad estas medidas y relaciones.
No podemos obviar que el metro equivale a una diezmillonésima parte de la distancia existente entre el polo y el ecuador terrestre. Eso implica que los constructores de la Gran Pirámide conocían las dimensiones exactas de la Tierra. Una hazaña increíble si pensamos que en tiempos de Keops Egipto se hallaría sumida en plena edad del cobre.
Sin embargo, el conocimiento matemático y geodésico que se deriva de la Gran Pirámide va mucho más allá. El zócalo de la Gran Pirámide de Giza tiene un perímetro de 926,1 metros (según Miguel Pérez Sánchez Pla). Por su lado, la Tierra tiene un diámetro de 12.742 kilómetros. Si multiplicamos esta medida por Pi (3,14159) obtenemos una circunferencia (el Ecuador terrestre) de 40.030 km. Si dividimos el perímetro del zócalo de la Gran Pirámide (926,1 m.) por el del Ecuador terrestre obtenemos la escala 1:43.224, con un margen de error de menos de una milésima (1,0006) respecto a la cifra 43.200. Y no olvidemos que la Gran Pirámide incorpora asimismo la llamada “cuadratura del círculo” (véase el artículo La Gran Pirámide no fue construida en tiempos de Keops).
(Hemos de hacer una precisión. Como la Tierra está achatada, la circunferencia de su Ecuador es exactamente de 40.075 km. Si aplicamos la operación anterior, la relación sería 1:43.273. En este caso el margen de error, con respecto a 43.200, es 1:0017; aproximadamente 2 milésimas. Nótese, por otro lado, que la medida más correcta es comparar el perímetro de la Gran Pirámide con la circunferencia de la Tierra en el Polo. Véase más arriba.)
La cifra 432, implícita en las medidas de la Gran Pirámide (en concreto, en su escala, en relación al Ecuador terrestre), es idéntica a otras muchas que podemos hallar en otros contextos culturales:
1) El Kali Yuga hindú dura exactamente 432.000 años.
2) Según Beroso, los primeros reyes de Kish, en Sumeria, reinaron -antes del Diluvio- durante 432.000 años.
3) En la “cuenta mayor maya” 43.200 días equivalen a 6 katunes (cada uno de los cuales representa, a su vez, 7.200 días).
4) En Israel no tenemos el 432, pero sí el 72: Los 72 hijos de Sem, Cam y Jafet; las 72 letras del nombre sagrado de Dios, que a su vez tiene 72 nombres, etc.
5) Leonardo pintó un 72 en La Gioconda (debajo del puente).
Que el número 432 tiene un valor cosmológico es indudable. Si multiplicamos 432 por 60 obtenemos el número de años que dura el “Gran Año Precesional” (véase Ecos de la Atlántida, página 39). En total, 25.920 años, que es lo que tarda el planeta Tierra en hacer una órbita retrógada por la eclíptica, como consecuencia del bamboleo del eje terrestre (el cual está inclinado 23,5 grados respecto al plano de la eclíptica). Pero fijémonos bien: si dividimos el Gran Año de 25.920 años por 72, obtenemos el número 360, base de la geometría esférica empleada en la astronomía. No por casualidad cada “arco de grado” del Gran Año equivale a 72 años terrestres (25.920 : 360 = 72). Ésta es una relación asimismo reflejada en la Gran Pirámide (432 : 6 = 72).
El número 72, implícito en la Gran Pirámide (es un sexto del número 432), tal vez derive de la tradición sumeria, pues es el producto de multiplicar 12 por 6, propios de una notación (o numeración) sexagesimal, con base 6. Este número, y el 60, son la base del sistema de numeración sexagesimal, con el cual obtenemos el número de grados de la circunferencia (60 x 6 = 360). Si dividmos 360 (grados de la circunferencia celeste) por el número de casas zodiacales (12, cifra que como vemos no es casual), obtenemos 30, el número de grados de cada casa zodiacal. Y como cada grado equivale a 72 años, una casa zodiacal supone 2.160 años. Ahora estamos saliendo de Piscis para entrar en Acuario.
Ya hemos visto que la Gran Pirámide es un modelo a escala de la Tierra, que incorpora la relación 1:43.200 (72 x 6 = 432). Asimismo, el codo real de la Gran Pirámide (0,5236 metros) es una sexta parte del arco de una circunferencia con un diámetro equivalente a un metro geodésico (3,14159 metros). Ello implica que los constructores de la Gran Pirámide emplearon unas matemáticas de base 6 (o 60), no de base 10, que era la que comúnmente usaban los egipcios. Tal como expongo en mi último libro, El árbol de los mitos: “El zócalo de la Gran Pirámide de Giza tiene una altura de un codo real (0,5236 metros), por lo que aquél (el zócalo) nos sirve para registrar, por un lado, el metro terrestre y, por otro, la cifra cósmica universal: el 432”. De este modo, la Gran Pirámide no es únicamente un modelo a escala de la Tierra (en su aspecto espacial, o geodésico), sino también del Cielo (en su aspecto temporal, equivalente a la duración del Gran Año Precesional; véase más arriba).
Los antiguos reflejaron la importancia del 6, como residuo de una “sabiduría ancestral”, en un símbolo llamado “la flor de la vida”: una flor de seis pétalos. Los cristianos la convirtieron en el símbolo conocido como el “crismón” (una X y una R estilizados, que tienen, como la “sexifolia”, seis extremidades).
Ello supone que los constructores de la Gran Pirámide no eran egipcios, porque como hemos señalado más arriba éstos empleaban una notación numérica de base 10; en cambio, la Gran Pirámide parece que se ajusta a un patrón numérico de base 6, o 60, propio de la numeración sumeria o caldea. Y como hemos visto, residuos de esta notación los podemos hallar asimismo en otros entornos culturales (la India, América Central o Judea).
¿Acaso los constructores de la Gran Pirámide formaron parte de un entorno cultural ajeno al egipcio? Desde mi punto de vista sí. Hayan construido el monumento en tiempos de Keops, o en un período muy anterior (como yo defiendo), los “geómetras” que la diseñaron no eran egipcios.
Cuál fue su origen es un tema en disputa. Tal vez se trate de los “annedotus” de los que hablan los babilonios (Oannes o Adapa, entre ellos), los cuales tenían forma pisciforme y residían en el mar (eran anfibios), según el relato de Beroso. Los sumerios se hacían llamar “cabezas negras”, tal vez en alusión a un antiguo pueblo proveniente del Este. A este respecto, es curioso que también en Melanesia (en Oceanía) es empleado el sistema numérico de base 60.
Todo ello añade nuevos interrogantes al gran misterio que se esconde bajo las piedras de la Gran Pirámide.
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