Más evidencias sobre el segundo viaje de Leonardo a Cataluña

 

Si te interesa este tema, te interesará leer mi libro EL VIAJE SECRETO DE LEONARDO DA VINCI (Editorial Base).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hace unos años, un buen amigo me hizo saber que había aparecido un artículo en el diario EL PAÍS en el que se decía literalmente:

Junto al de Salses, castillo erigido por impulso de Fernando el Católico en el Rosellón francés 1, la Mota fue la fortaleza bajomedieval que inspiró la ciencia de la fortificación magistralmente desarrollada en el Renacimiento por Leonardo Da Vinci, al que César Borgia, condottiero hijo del papa español (valenciano) Alejandro VI, le encomendó la fortificación del puerto de Piombino, cuyos trazos los manuscritos (Códices de Madrid) incorporan. (…) En los Códices leonardescos ‘las analogías de escala en textos y dibujos con el castillo de la Mota y Salses son evidentes’, según el arquitecto Fernando Cobos-Guerra, restaurador del castillo español. ‘Todo evoca las fortalezas construidas por los ingenieros españoles, artífices de la ciencia de la fortificación’.” (Rafael Fraguas, 22 de mayo del 2009).

En mi libro LEONARDO LOS AÑOS PERDIDOS hice referencia a la posibilidad de que Leonardo hubiera visitado las tierras catalanas en dos ocasiones, como hice constar en una nota a pie de página: 

¿O es que acaso regresaste a este lugar, veinte años después de tu primer viaje a Barcelona, para tomar apuntes de este ‘paisaje vivido’? En definitiva, cabe la posibilidad de que visitaras Cataluña en dos ocasiones: tras la primera (1481-1483) pintaste La Virgen de las Rocas y el San Jerónimo; después de tu segundo viaje (¿a comienzos del siglo XVI?) habrías pintado La Gioconda y retocado la Anunciación (de ahí el detalle de la araucaria” (página 365).

En dos artículos publicados por PortalHispano resumo lo esencial de esta tesis, por lo que no me extendré más sobre el particular. Sí en cambio cabe profundizar en el conocimiento que Leonardo pudo tener acerca de la fortificación de Salses, que desde mi punto de vista –como se verá-, se acerca mucho más que el castillo de La Mota a los trazos que Leonardo plasma en sus dibujos. Por poner un ejemplo, en el Codex Atlanticus (fol. 117/41v-b) podemos encontrar el siguiente dibujo: 

A la izquierda, Codex Atlanticus (1504-1508). A la derecha, la fortaleza de Salses (1497-1503).

En mi libro EL VIAJE SECRETO DE LEONARDO DA VINCI hago notar que ciertos detalles de la Anunciación hace pensar en un repintado. Es bien cierto que el cuadro fue pintado originalmente (así está datado) entre los años 1972 y 1975. Pero posteriormente fueron efectuados pentimenti (“arrepentimientos”) sobre la primera versión. Diversos autores hacen referencia a estos “retoques”:

El examen radiográfico (del cuadro) ha revelado una concepción inicial diversa: el ángel tenía la cabeza más inclinada y su mirada se dirigía al suelo”. (Angela Ottino Della Chiesa, 1967. Editado en España por Noguer-Rizzoli editores, en 1969).

The strech of wall leading away from the right-hand foreground behind Mary was not part of the original conception. X-rays have also revealed that the head of the Virgin has undergone significant alterations: the first version of the area around her hair was removed and then completely repainted (Brachert, 1974). The panel also exhibits numerous pentimenti (Sanpaolesi, 1954; L’Annunciatione, 2000): the angel’s head was originally lower, and the Virgin’s right hand shorter, its little finger neither raised nor bent. In the first version, too, her dress was adorned with a chain and decorative pendant…” (Frank Zöllner, Taschen).

Por otro lado, en LA ANUNCIACIÓN aparece un paisaje que yo identifico con la ciudad de Barcelona, el monte Tibidabo, la montaña de Montserrat, y el Pico del Canigó. Todo ello lo explico en el libro EL VIAJE SECRETO DE LEONARDO DA VINCI.

Arriba, detalle de LA ANUNCIACIÓN. Abajo, ejemplo de torres octogonales (típicas de Barcelona), y una pintura antigua donde aparece el antiguo muelle de Barcelona, con el faro, situado originalmente en una isla (la Illa de Maians).

Ya hice notar que el puerto de Barcelona se empezó a construir en el año 1477, cuatro años antes de la primera visita de Leonardo a esta ciudad, lo que vendría indicado por el muelle a medio construir (que aparenta tener unos arcos) de LA ANUNCIACIÓN. A este respecto, Santiago Sobrequés, autor del libro Joan Margarit i Pau, la trágica fi de l'edat mitjana a Catalunya (Base, 2006), escribe lo siguiente:

"El bisbe Margarit va estar-se encara un temps més a Barcelona, on el 20 de setembre va ser actor d'una brillant cerimònia: la benedicció solemne del nou moll que s'anava a construir a la ciutat".

Nótese que aquí se dice "se iba a construir". Ello es lo que encuentra Leonardo en su paso por Barcelona: un muelle a medio construir, tal como aparece en la Anunciación. Pero es más, dicha "brillante ceremonia" tuvo lugar en "la marina" de Barcelona, al lado de la Torre Major. ¿Acaso la que aparece, en una isla (la isla de Maians en Barcelona), en el cuadro de Leonardo? Allí se acababa lo que había de ser el muelle de esta ciudad, iniciado en 1477.

Pero en este cuadro hay asimismo una referencia a su segundo viaje: lo que parece una araucaria, que parte del ala del ángel:

A la izquierda, supuesta aracucaria de LA ANUNCIACIÓN (si bien se puede tratar de un ejemplo de “ars topiaria”). En el centro, dibujo de araucaria joven (extraído de la popular enciclopedia Sopena). A la derecha, mapa de Alberto Cantino de 1502.

COMPARATIVA ANUNCIACION.jpg - 202.13 KB

A la izquierda, detalle de la Anunciación (el ala del ángel). Compárese con la forma de la costa de América que podemos encontrar en el mapa de Cantino. Y nótese el detalle de los árboles con ramas verticiladas, como el que aparece en el cuadro de Leonardo.

La araucaria (en este caso, del Brasil: Araucaria Braziliensis) se caracteriza, cuando es joven, por una forma ligeramente piramidal, y por sus ramas verticiladas (es decir, distribuidas por pisos horizontales a lo largo del tronco). Es curioso que las alas del ángel de LA ANUNCIACIÓN tengan una forma tan similar al perfil de las costas del Brasil y la Guayana, según el mapa de Alberto Cantino de 1502 2. Significativamente Cantino dibuja, cerca de las costas del Brasil, una serie de árboles que a grandes rasgos aparentan ser araucarias (las ramas no son horizontales, pero la hojarasca sí que está distribuida en pisos horizontales). Leonardo se interesó por la novedad que supuso el descubrimiento del Nuevo Mundo, tal vez como consecuencia de su amistad con el navegante italiano Amerigo Vespucci, que entre 1501 y 1502 exploró la costa atlántica de Sudamérica 3. Éste, como hago notar en el documental LEONARDO, MONTSERRAT Y EL SECRETO DE LA GIOCONDA, pertenecería a un linaje de origen catalán (el de los Despuig) 4. Leonardo, ciertamente, no hizo alusión al “Descubrimiento” en sus códices, pero sí en sus cuadros, y en este mapa: 

Mapa de América según Leonardo Da Vinci, supuestamente dibujado en 1515, aunque yo lo presumo contemporáneo al de Cantino de 1502 (a pesar de la alusión a la tierra de La Florida).

En definitiva, Leonardo plasma en LA ANUNCIACIÓN detalles que nos hacen pensar en sus dos viajes a Cataluña: el muelle de Barcelona en construcción, así como sus torres octogonales (hacia 1481), y la supuesta araucaria, que parece surgir del del ala, tan similar al perfil conocido de la América de sus días (a principios del siglo XVI). Sin embargo, ésta no es la única alusión a sus viajes a Cataluña. La GIOCONDA la empezó a pintar hacia 1503, poco antes –como veremos- de su segundo viaje. Y en ella, además de las características del paisaje que resalto en mi libro EL VIAJE SECRETO DE LEONARDO DA VINCI y en el documental LEONARDO, MONTSERRAT Y EL SECRETO DE LA GIOCONDA, Leonardo hace un guiño a la Spagna que conocería a comienzos del siglo XVI. Tal como afirma Charles Nicholl en LEONARDO, EL VUELO DE LA MENTE.

“Es bastante más probable que tanto el velo negro como los tonos apagados de su vestimenta tengan más que ver con la moda de la época: el look ‘a la española’, que ya había lucido Lucrecia Borgia en su boda con Alfonso d’Este en 1502, era el último grito” (página 407).

¿Por qué pintó Leonardo a La Gioconda, esa mujer de sonrisa sardónica con un look a la española? ¿Tal vez, como otros detalles de sus cuadros, sea un mensaje, un guiño, al espectador despierto e inteligente? ¿Tal vez como recordatorio de su reciente estancia en España; más en concreto, en Cataluña?

Más adelante veremos que este no es el único vínculo que, en torno al año 1505 (cuando supuestamente realizó un retrato a Vespucci), lo relaciona con España.

Ya dije en su momento que Leonardo plasma en sus cuadros su propio “paisaje vital”. Él parece atestiguarlo en el siguiente párrafo, extraído de su Trattato della pittura: “Mirar un paisaje pintado puede evocar el recuerdo de otros reales, ‘en los cuales uno se complació alguna vez’” (Nicholl, página 66).

Cuando contemplamos la Virgen de las Rocas o su San Jerónimo, reconocemos paisajes propios de Cataluña (Montserrat, con sus rocas y su vegetación), que Leonardo no pudo haber conocido en Italia a comienzos de los 1480. Lo más parecido a las rocas de La Virgen de las Rocas, en la Toscana, serían las Balze del alto valle del Arno. Pero éstas son una caricatura en relación a los imponentes paisajes que Leonardo retrata en sus cuadros y en sus dibujos (por ejemplo, los de la colección Windsor). En cambio, el paisaje montserratino encaja perfectamente con esta descripción visual. Y se ha de tener en cuenta que Montserrat es un caso especial, y casi diríamos único, en todo el planeta. Ningún paisaje conocido, kárstico o no, se le parece (ya hablemos, en la Península Ibérica, de la Ciudad Encantada de Cuenca, de la sierra del Torcal, o de las Médulas de León; y en Italia, de las Dolomitas).

Eso no significa que Leonardo dejara de plasmar el paisaje “vital” de la Toscana en su obra: tanto en el dibujo conocido como “Paisaje cerca de Vinci” (1472) como en la Anunciación (1472-1475) representa, con gran fidelidad, el monte Monsummano, no muy lejano a su localidad natal de Vinci (se encuentra debajo del ala del ángel). 

Recuadro izquierda, paisaje vital italiano. Recuadro derecha, paisaje vital en Cataluña. 

A la izquierda, en el recuadro, detalle del monte Monsummano, cercano a la villa de Vinci.

Como indico en mi libro LEONARDO, LOS AÑOS PERDIDOS, en este cuadro parece aludir a dos enclaves que forman parte de su propia trayectoria vital: en la izquierda, su Italia natal; en la derecha, la Cataluña que visitó en dos ocasiones. En medio, el mar que navegó para ir de un lugar a otro.

Debajo del ciprés, enmarcado, supuestamente detalle del puerto de Piombino, en una orilla del Mediterráneo Occidental, que separa Italia (izquierda) de España (derecha).

Nótese cómo a la izquierda de la imagen aparece un puerto, que desde mi punto de vista podría ser el de Piombino (¿o acaso el de Porto Pisano?). A la derecha vemos la ciudad de Barcelona, a los pies del Tibidabo, y en las proximidades de Montserrat. Al fondo, el Canigó, que se alza sobre Vinçà, la antigua Vinciano, supuesta tierra de sus antepasados.

Pero en definitiva, ¿cuándo pudo realizar este segundo a Cataluña, al que me he ido refiriendo a lo largo de todo este artículo?

Anteriormente he hecho alusión a la enorme similitud entre la fortaleza representada en el Códice Atlántico y el castillo de Salses. Ello puede tener dos explicaciones: 1) Leonardo estuvo en Salses y “se inspiró” en esta fortaleza para realizar el dibujo; 2) Leonardo tuvo en sus manos un documento que representa el castillo de Salses, o un esquema similar de edificación. Yo me inclino por la primera opción, por las siguientes razones:

  1. El castillo de Salses fue edificado, por mandato de Fernando el Católico, rey de España, entre los años 1497 (poco después de la destrucción del antiguo castillo medieval) y 1504 (la primera reconstrucción, tras el ataque francés de 1503). El dibujo de Leonardo está datado hacia 1504 (y la inscripción que lo acompaña hacia 1507).
  2. Leonardo representa, en su dibujo, un bastión en forma de cuña, gravemente dañado en septiembre de 1503, así como las rampas de las murallas, construidas a partir del ataque francés del mismo año. Así pues, Leonardo debió haber visto el castillo de Salses, de forma personal y directa, en el período comprendido entre finales de 1503 (cuando todavía existía el bastión en forma de cuña) y finales de 1504 (cuando se empezaron a construir las rampas) 5.
  3. Si bien el dibujo de Leonardo difiere del castillo de Salses en su plano de conjunto y en otros detalles, parece ser un “esquema ideal” de lo que debe ser una fortificación “a lo Salses”, la cual se adelantó a sus días por lo que se refiere al arte de la edificación de fortalezas 6

Dibujo de Leonardo: comparativa con el castillo de Salses. A) Bastión en forma de cuña, idéntico al de Salses en 1503. B) Torre circular. C) Patio porticado. De estas arcadas el libro LA FORTALESA DE SALSES (editado por Éditions du Patrimoine) dice: “Angulo nordeste del patio, rodeado de arcos típicamente españoles”. D) Rampa, añadida después del 1503.

La fortaleza de Salses aún no estaba acabada, en 1503, cuando en septiembre de este año fue atacada y sitiada por las tropas francesas. Aguantó bien, pero como consecuencia de las destrucciones se le añadió un importante detalle: las rampas de las murallas. Los bastiones en cuña fueron eliminados.

Pinturas murales del molino medieval dels Frares, en Valencia, que representan el ataque a Salses en septiembre de 1503. Destacados, parte de las arcadas, y un bastión en forma de cuña.

Representación del sitio de Salses de 1503.

El castillo de Salses, en 1538, tras su reconstrucción. El bastión en cuña desaparece; las rampas ya están construidas. 

¿Cuándo tuvo lugar la visita de Leonardo a Salses, y con qué motivo? Desde mi punto de vista, existen tres alternativas posibles:

  1. Hacia 1502-1503, cuando César Borgia (hijo del Papa Alejandro VI, de origen valenciano) le facilita el siguiente “pasaporte” (18 de agosto de 1502): 

Caesar Borgia de Francia Dei Gratia Dux Romandiole Valentieque, Princeps Hadrie, Dominus Plumbini etc. Ac Sancte Romane Ecclesie Confalonerius et Capitaneus Generalis. Ad Tutti nostri Locotenenti, Castellani, Capitanij, Conducteri, Officiali, Soldati et Subditi ; A li quali de questa peruerra notitia ; Commettemo et Commandamo che al nostro Prestantissimo et Dilectissimo Familiare Architecto et Ingengero Generale Leonardo Vinci dessa ostensore; el quale de nostra Commissione ha da considerare li Lochi et Forteze de li Stati nostri ; Ad cio the secundo la loro exigentia et suo iudicio possiamo prouederli Debiano dare per tutto passo libero da qualunque publico pagamento per se, et li soi Amichevole recepto et lassarli uedere, mesurare, et bene extimare quanto uorra ; Et ad questo effecto, Commandare homini ad sua requisitione, et prestarli qualunque adiuto adsistentia, et Fauore recercara, Volendo che dell opere da farse neli nostri Dominij Qualunque Ingengero sia astrecto conferire con lui, et con el parere suo conformarse ; Ne de questo presuma alcuno fare lo contrario per quanto li sia charo non incorrere in la nostra Indignatione.1 Datum Papie die Decimo octavo Augusti, Anno Domini Millesimo Quingentesimo Secundo Ducatus Vero Nostri Romandiole Secundo.

Con esta carta, Cesar Borgia, “gonfaloniero” de las tropas del Papa, da total libertad de movimiento a Leonardo para que examine e intervenga en las obras de fortificación de los dominios papales, especialmente en la Romaña y sus proximidades. En primer lugar se dirigió a Piombino, donde inspeccionó el puerto y el castillo, los cuales podemos contemplar en las siguientes imágenes: 

Puerto antiguo de Piombino. Recuérdese el puerto (más arriba) que aparece en LA ANUNCIACIÓN, en el lado izquierdo (italiano) del mar Mediterráneo. 

Castillo de Piombino. Leonardo se propuso fortificarlo “a la manera de Salses”. 

  1. El 3 de julio de 1503 partió de Génova una carta, remitida por Leonardo, destinada al Sultán de Constantinopla. En su encabezamiento, escrito con caligrafía turca, se dice: “Copia de una carta que un infiel de nombre Lionardo envió desde Génova”. En ella se le propone la construcción de un puente sobre el llamado Cuerno de Oro (otro de sus proyectos fallidos). Lo más interesante del caso es que fue enviada “desde Génova”. ¿Acaso Leonardo estaba en camino hacia algún punto del Mediterráneo Occidental? ¿Por qué no Salses? No en vano Charles Nicholl afirma: “En tiempos se creyó que en torno a 1502-1503 (Leonardo) había viajado a Constantinopla, pero ese hipotético viaje no cuadra con los testimonios con que contamos” (página 307). En efecto: el 14 de junio de 1503 Leonardo estaba en Florencia, donde retira de su cuenta 50 florines de oro; el 21 de junio se halla en las proximidades de Pisa, trabajando en el desvío del río Arno; y un mes más tarde, entre el 22 y el 23 de julio, vuelve a visitar los trabajos en el Arno. Así pues, dicho lapso temporal hace imposible un viaje en barco, ya sea a Occidente (a Cataluña) como a Oriente (a Constantinopla). Puesto que en los años 1502 y 1503 se le puede seguir la pista casi día a día, a causa de sus muchas actividades y responsabilidades públicas y privadas.
  2. En cambio, en septiembre de 1504 desaparece de Florencia: “Según parece, en septiembre o a primeros de octubre de 1504 (Leonardo) dejó Florencia” (Charles Nicholl, página 427). Estaba irritado con la Signoria porque le habían impuesto la ingrata compañía de Miguel Angel en la decoración de la sala del Gran Consejo del Palazzo Vecchio. Pudo partir incluso antes: el último cobro por el llamado Fresco de Anghiari tuvo lugar a finales del julio de 1504; el 3 de agosto de 1504 llega a su taller Jacobo el Alemán; y el 9 de agosto extrae 10 ducados de la hucha. Poco después, Leonardo ya no estaba allí. Charles Nicholl escribe: “Y mientras se desarrollaba este monumental fiasco en las llanuras pisanas (el fracaso del desvío del Arno), un fiasco en el que (Leonardo) tenía su parte de culpa, ¿dónde estaba Leonardo? Fuera de la ciudad, seguramente” (página 432). No volvemos a saber de él hasta el 20 de octubre de 1504, en que Leonardo reside en el castillo de Piombino. El 1 de noviembre de 1504 “hace la demostración” al señor del lugar (Jacopo de Appiano). ¿Qué demostración? ¿Acaso el valor defensivo de las rampas en la fortificación de los muros del castillo de Piombino? ¿Es por ello que entre agosto y octubre de 1504 visitó el castillo de Salses, así como otros lugares de las tierras catalanas?

Tenemos otra evidencia de la presencia de Leonardo en tierras catalanas. Ya en Florencia, en abril de 1505 efectúa un pago de 5 florines de oro a Ferrando Spagnolo. Éste era, en realidad, Fernando Yáñez de la Almedina, el cual pintó algunas obras de estética “leonardiana”. Además de en Italia, trabajó en Valencia, Cuenca y Barcelona 7.

En ese período debió dibujar el retrato de Amerigo Vespucci, que a fines del 1504 estaba en España (tras su cuarto viaje, realizado entre mayo de 1503 y junio de 1504), al servicio de la Corte, para preparar una expedición en busca del paso del sudoeste. En abril de 1505 (en las mismas fechas en que Fernando Yáñez se incorpora al equipo de Leonardo) obtiene la nacionalidad española. Se le encargó la preparación de una expedición capitaneada por Vicente Yáñez Pinzón (¿acaso familiar de Fernando Yáñez de la Almedina, el Ferrando Spagnolo al que alude Leonardo?) 8.

Notoria similitud de sus diseños de fortalezas con el castillo de Salses; look a la manera española de La Gioconda; retrato de Vespucci anciano (según Vasari), que en esos tiempos residía en España; incorporación de Fernando Yáñez de la Almedina al taller de Leonardo… Demasiados vínculos con España en tan corto período (entre 1504 y 1505). ¿Consecuencia todo ello del segundo viaje de Leonardo a Cataluña.

En un mapa del Códice Atlántico (folio 361 v.b) Leonardo despliega, junto a un mapa de Europa, otro más pequeño, pero más detallado, de la Península Ibérica (con escritura invertida, como es habitual en él, le pone el nombre de Spagna). Poco más adelante (Códice Atlántico, folio 367 v.c) hace referencia a una serie de ciudades francesas y flamencas (Perpignana, Roano, Lionne, Anvers, Parigi, Guanto, Brugia, Olanto). ¿Por qué incluye Perpignan (Perpignana) en esta lista, cuando en esos años pertenecía a la soberanía española? ¿Acaso porque está a escasos kilómetros del castillo de Salses? ¿Acaso porque la visitó, o porque tenía intereses allí? Es de notar que enfrente de este listado de ciudades, presenta otro de banqueros florentinos con negocios en Francia. ¿Tuvo este vínculo con Perpignan, o más en concreto, con Vinçà (la antigua Vinciano), situada a unos escasos 30 kilómetros al oeste de Perpignan, algo que ver con su decisión de pasar sus últimos días en territorio francés, protegido por el rey Francisco I? ¿Acaso lo consideraba éste ciudadano de su reino (por sus vínculos con el Rosellón, que Francia consideraba como territorio propio)?

Sea como sea, el Anónimo Gaddiano (1540), una de las fuentes más antiguas de la vida de Leonardo, habla claramente de dos viajes de Leonardo a Francia (y a otros lugares), no uno (como se afirma habitualmente). Ello daría fe de su segundo viaje a Barcelona y Salses, en 1504, donde habría tomado notas para pintar La Gioconda (véase mi artículo “El viaje secreto de Leonardo da Vinci”). Literalmente dice así: 

"Estuvo con César Borgia [1500-1503], y más tarde partió a Francia y a otros lugares [¿1504?, ¿también a España?] [primer viaje]. Volvió a Milán [1506], pero a causa de los disturbios que asolaron el estado mientras trabajaba para fundir el caballo en bronce, regresó a Florencia [1507; nótese la confusión con su primera estancia en Milán]. Allí vivió seis meses en casa del escultor Giovan Francesco Rustichi, en la vía Martelli [1507]. Regresó de nuevo a Milán [1508], y luego a Francia [1516] [segundo viaje], para servir al rey Francisco... En su testamento dejó a micer Francesco da Melzi, caballero milanés, todo el dinero, las ropas, los libros, los escritos, los dibujos, los instrumentos y los retratos, es decir, todo lo relacionado con la pintura, el arte y la industria que allí tenía, y lo nombró albacea de su voluntad".

A la izquierda, mapa de Europa según Leonardo. A la derecha, mapa de España.

En definitiva, de acuerdo al Anónimo Gaddiano, Leonardo estuvo dos veces en Francia. La primera estancia tuvo lugar en 1504, y además del país galo (¿Salses?), visitó “otros lugares” (presumiblemente Cataluña). El tiempo dirá si estoy equivocado. Sea como sea, la vida de Leonardo sigue siendo una caja de sorpresas.

Una última cosa: quisiera expresar mi reconocimiento al personal del castillo de Salses, que me atendió con suma amabilidad. Las opiniones que expreso aquí son personales, y en nada comprometen a estos servidores públicos del Patrimonio francés. Y también a mis amigos Toni Babia y Manel Capdevila, sin cuyo apoyo este trabajo tal vez no hubiera visto la luz.

José Luis Espejo (9 de julio del 2009 y 21 de mayo del 2012)

1 El Norte de Cataluña, cedido a Francia en el año 1658 por uno de esos oscuros acuerdos diplomáticos que no entienden de pueblos ni de fronteras.

2 Estas alas ya existían en la primera versión, por lo que es más probable que Leonardo aprovechara la similitud con el perfil de América para dibujar encima el icono del nuevo continente: la araucaria.

3 Vasari afirma en la segunda edición de sus “Vidas” (“Leonardo da Vinci, pintor y escultor florentino”, Giunti, 1568) que poseía un retrato a carboncillo de Americo Vespucci, efectuado por Leonardo, en el que aparece como “un anciano muy apuesto”: “De esta suerte realizó numerosas cabezas de mujer y de hombre, muchos de cuyos dibujos, hechos a pluma de su mano, se hallan en mi poder, en nuestro libro de dibujos, tantas veces citado, como aquella de Americo Vespucio, una bellísima cabeza de anciano, dibujada a cartón”. Ante la imposibilidad, según la doctrina establecida, de que Leonardo pudiera conocer a Americo Vespucci ya anciano (como veremos más adelante, desde comienzos del siglo XVI estuvo de viaje en ultramar, o residió en la Península Ibérica), Charles Nicholl señala que este Americo Vespucci podría tratarse del abuelo del primero (Leonardo, el vuelo de la mente, página 600). Sin embargo, Jean Paul Richter, compilador de la escritura de Leonardo (The Noteworks of Leonardo Da Vinci), incluye el siguiente párrafo: “Il Vespuccio mi vol dare un libro di geometria” (Br. M. 132 b). Y afirma explícitamente: “Amerigo Vespucci, with whom Leonardo was personally acquainted” (Americo Vespucci, a quien Leonardo conocía…) Es decir, el retrato de leonardo de un Vespucci ya anciano parece indicar un contacto personal en una etapa en la que el navegante florentino residía en España; lo que supone que Leonardo habría visitado este país en torno a los años 1504-1505 (única fecha en la que ambos podrían haber coincidido, como ya se verá). Por otro lado, el mapa de Cantino de 1502 está basado en los últimos descubrimientos de Vespucci.

4 En su testamento (Consuelo Varela: Colón y los florentinos) Americo Vespucci dice: “Por ende, sepan cuantos esta carta de testamento vieren, como yo miçer Americo D’Espuchi, florentín, piloto mayor de España…”

5 En su dibujo del Codex Atlanticus (41 v-b) Leonardo escribe el siguiente texto: "Nessuno angolo sia fatto in quelle difese dove l'artigleria po' battere, se non è forte ottuso, perchè quello fie causa di dar principio alla ruina de' muri. Non si facci le scarpe delle torre sopra delli angoli delle fortezze che sien di figura rotonda, acciò ch'essendo tali torre sanza piombatoi, il nemico non sia sicuro al tagliamento che si pò fare infra le bombardiere che battan per fianco li 2 muri che si congiungano a esse torre. Che li provisionati possino esser battuti di dì e di notte dal castellano e ogni sua requisizione; e a questo fine essi debono dormire in abitazioni di sottile asse, sotto portici che abbino rettitudine e le bombardiere nelle fronti di tal portici. E questo è fatto per li soccorsi falsi, come fu chi tradi Simon Arrigoni. Non sia fatto alcun buso nelle bassezze di fori delle fortezze. Non sia congiunto alcun muro dalle ghirlande delle fortezze a esse fortezze. Sia fatto tanto di massiccio nelle scarpe delli primi procinti de' muri, quanto è la comodità del nemico del fare le cave sotterrane. Sia messo li alberi nelli sproni de' muri, acciò che tali sproni non si separino da le pariete d'essi muri. Nè sia dato il comodo, nel dentro de' muri delle fortezze, per li quali si facci il discenso de' nemici, di tali mura insignoriti. Tutte le obbliquità delli ismussi delle argine di fori, e similamente de' rivellini (rivellino, o revellino, un'opera di fortificazione distaccata oltre la scarpa interna, la quale si pone innanzi alla cortina), sieno riguardatori delle bormardiere delle los fortezze. Quanto il rivellino fia più distante alla sua fortezza, tanto più sarà percosso dai moti traversali, e così de converso sarà men percosso, dove fia più propinquo a essa fortezza".

Manuel Capdevila, del Institut Nova Història, hace la siguiente traducción: “Ningún ángulo sea hecho en esas defensas donde la artilleria pueda batir, si no es muy obtuso, porque ello sería causa del principio de la ruina de los muros. No se hagan zapatas de la torre por encima de las esquinas de las fortalezas que sean de forma redonda, de manera que siendo tales torres sin "piombatoi", el enemigo no esté seguro del corte que se puede hacer bajo los "bombarderos" batiendo por el flanco los dos muros que se conectan a esa torre. Que los que luchan estén "batutti" (a disposición) de día y de noche del castellano y todos sus peticiones, y para este fin deben dormir en habitaciones de perfil sutil, bajo pórticos que sean rectos, y los "bombarderos" en el frente de tal galería. Esto se hace para los falsos socorros, como fue el que traicionó a Simon Arrigoni [éste fue capturado a traición por Charles d’Amboise en febrero del 1507, lo que ayudaría a datar este texto]. No se haga ningún agujero en los bajos de la parte exterior de las fortalezas. No se una ningún muro por guirnaldas de de la fortaleza a esas fortificaciones. Háganse macizos en el lugar de la primera pista de los muros, ya que es la "comodidad" del enemigo para hacer cuevas subterráneas. Deben ponerse "ejes" en los espolones de los muros, de manera que estos espolones no se separen de la pared de estos muros. No se de "comodidad" en el interior de los muros de las fortalezas, por la cual se facilite el descenso de los enemigos que hayan "conquistado" esos muros. Toda la oblicuidad de los "ismussi" del terraplén exterior, y también del revellín [rivellino o revellino, una obra de fortificación destacada en la rampa interna, la cual se pone antes de la cortina], deben tener en cuenta los "bombarderos" de los baluartes. Cuanto más alejado esté el "revellín" de su fortaleza, tanto más será golpeado por movimientos transversales y una vez convertido será menos golpeado, donde esté más cerca de su fortaleza”.

6 Fue diseñada por el castellano Francisco Ramiro López; su función era guardar el corredor mediterráneo que comunica el Norte de Cataluña con el Reino de Francia.

7 Leonardo hace dos alusiones a este “Ferrando Spagnolo, dipintore”. La primera, de 30 de abril del 1505, y la segunda, del 30 de agosto del mismo año. La personalidad de este artista ha sido largamente discutida. Se le suele confundir con otro Fernando (Fernando de Llanos), que al igual que Fernando Yáñez, del que hablamos, pudo haber trabajado con Leonardo, si bien en fechas anteriores (se habla de la segunda mitad de la década de los 1490, en su primer período florentino). Esto es lo que sostiene Carlo Vecce en su biografía sobre Leonardo (página 250): “Se paga aparte a los pintores colaboradores: Raffaello d’Antonio di Biagio, Ferrando Spagnolo (es decir, Ferrante de Llanos, que ya fuera alumno de Leonardo en Milán)…” Tanto uno (Fernando de Llanos) como otro (Fernando Yáñez) pintaron obras de estética “leonardiana” (Fernando de Llanos su Epifanía o la Huida a Egipto; Fernando Yáñez su Santa Catalina o la Sagrada Familia). Es destacable el hecho de que Fernando Yáñez imita en algunos de sus cuadros (San Juan Bautista y San Sebastián, así como el San Antonino y San Vicente Ferrer) el gesto tan leonardiano del “señalamiento hacia el cielo”.

8 He consultado numerosas biografías y estudios de Americo Vespucci (el de Roberto Levillier, publicado por Editorial Nova; la Biblioteca de Autores Españoles, volumen LXXV, escrito por Martín Fernández de Navarrete; o la biografía de Stefan Zweig, entre otros) y en ninguno de ellos he encontrado una sola evidencia de que Vespucci visitara Florencia, o Italia, a partir del 1500 hasta su muerte en 1512. Si nos atenemos a la horquilla temporal que he mencionado más arriba, a partir del 1503 ciertamente estaba muy ocupado con sus viajes y sus estancias en España y Portugal. Cuenta Vespucci que tras su fallido cuarto viaje entró en Lisboa el 18 de junio de 1504. El 4 de septiembre envía una carta datada en esa ciudad, con destino –se afirma- al gonfaloniero de Florencia, Pietro Soderini. Su título latino: Quatuor Americi Vespucii navigationes. En dicho relato Vespucci relata sus famosos “cuatro viajes”. Con fecha del 5 de febrero de 1505 el Almirante Cristóbal Colón envía a su hijo la siguiente misiva: “He hablado con Américo Vespuchy (cámbiese la V por una D y tendremos Despuchi, que es como firmaba Americo Vespucci en España), quien se dirige a la Corte, donde ha sido llamado para ser consultado sobre unos cuantos asuntos relacionados con la navegación”. En abril de 1505 Vespucci recibiría la “carta de naturaleza” (la nacionalidad) “por sus buenos servicios”. En 1508 fue nombrado “piloto mayor” del reino de Castilla.

 

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