Geografía sagrada: Puig de les Cadiretes i Sant Grau d’Ardenya
En los dos últimos artículos publicados por mí, en relación a la brujería, el megalitismo y la tradición en Cataluña, hemos comprobado que existe una corriente de pensamiento que perdura desde la más remota antigüedad (véase Brujería y tradición), hasta fechas no muy lejanas, en que dicha tradición desembocó en el fenómeno conocido como “brujería” (véase ¿Existen las brujas?).
Hemos visto que existen ciertas concomitancias entre el culto a la piedra que se ha desarrollado en Òrrius (cerca de La Roca del Vallès, a 30 km. de Barcelona) y en Tavèrnoles (a unos 8 km. de Vic). Este “culto a la piedra” se ha concretado en auténticas obras de ingeniería (transformación de la piedra, especialmente en Tavèrnoles), o bien en la elaboración de inscripciones grabadas en la piedra, que representan figuras o símbolos difíciles de interpretar hoy día (Tavèrnoles, Òrrius).
En este tercer artículo, nos trasladaremos cerca de la Costa Brava, a un enclave situado en la sierra litoral, entre Tossa de Mar y Sant Feliu de Guíxols. Este lugar, presidido por el Puig (montaña) de les Cadiretes, y por el santuario de Sant Grau d’Ardenya, concentra una serie de formaciones rocosas que, a primera vista, parecen antrópicas (realizadas por el hombre). Sin embargo, los geólogos opinan que tales amontonamientos de rocas son producto de la actividad geológica.
Diversos amontonamientos de rocas parecen obra del hombre…
Pero son en realidad producto de la actividad geológica (Geozona 362: “Formes granítiques de l’Ardenya”).
Algunas de estas formaciones rocosas parecen hallarse en miradores, que se alzan sobre la costa circundante. Arriba, al fondo, vemos la villa de Tossa del Mar.
Algunos de estos montones de piedras se componen de rocas con formas casi regulares.
Hay quien opina que el trabajo de la Naturaleza no puede explicar, por ejemplo, la existencia de montículos, con forma casi piramidal o tumular (al modo de los “cairns” megalíticos), con grandes bloques expuestos a la gravedad –manteniendo sin embargo el equilibrio- en la cúspide de tales amontonamientos de rocas ciclópeas.
Este amontonamiento de rocas parece desafiar cualquier explicación racional…
Pero sí la tiene, según los geólogos (Geozona 362: “Formes granítiques de l’Ardenya”).
He aquí un ejemplo (Geozona 362: “Formes granítiques de l’Ardenya”).
Los geólogos encuentran, supuestamente, explicación natural también a las cazoletas (o balsas, o depósitos, o piletas, como se las quiera llamar) de las que tuvimos ocasión de hablar en el artículo Brujería y tradición. A este respecto, mantengo una prudente reserva, al menos por lo que se refiere a algunas de ellas, que parecen ciertamente artificiales (lo sabemos porque al lado de cada “cazoleta” hay un reguero para canalizar líquidos). Véase a este respecto el artículo Brujería y tradición.
Los geólogos también encuentran explicación natural a los depósitos (o cazoletas) existentes encima de algunas rocas.
He aquí otro ejemplo (Geozona 362: “Formes granítiques de l’Ardenya”).
Sea como sea (tengan razón los geólogos o los partidarios de la tesis “megalítica”, o “ciclópea”, para explicar dichas formaciones rocosas), no cabe duda de que los antiguos concedieron a estos enclaves un valor especial, y los asociaron a una idea de lo “sagrado”. Es por ello que les adjuntaron, como en el siguiente caso, lo que parecen sepulcros.
Sepulcro (¿obra humana?) anexo a un amontonamiento de rocas llamado Pedra sobre Altra (¿natural u obra del hombre?).
Asimismo, cabe hallar en este lugar algunos dólmenes, acompañados por sus correspondientes menhires.
Dolmen en las proximidades del Puig de les Cadiretes. Justo enfrente tenemos lo que parece un menhir, aunque con una forma bulbosa.
Encontramos otros menhires, no muy altos pero con acusada forma fálica, en las proximidades. Uno de ellos parece acompañado de una piedra tipo “altar”.
Menhires “fálicos” cerca del Puig de les Cadiretes.
En definitiva, los antiguos consideraron este sitio como un “lugar de poder”, o “sagrado”, y fueran ellos –o no- los que realizaron algunas de estas formaciones rocosas (no parece probable), es bien cierto que ocuparon el enclave con construcciones megalíticas estándar, ya sean dólmenes o menhires. No he encontrado, por lo demás, la glíptica que es tan habitual en Òrrius o en Tavèrnoles (véase más arriba).
La Geografía Sagrada
El aspecto más interesante de mi visita al Puig de les Cadiretes, es que se demuestra que estos “lugares de poder” no están aislados, sino que forman parte de redes, cuyos nodos (en este caso, Tavèrnoles, Òrrius y Puig de les Cadiretes) están relacionados entre sí por constantes geométricas y toponomásticas claramente discernibles. Véase este mapa.
El triángulo de los tres enclaves: Cadiretes, Tavèrnoles y Òrrius. Nótese, en el centro, el castillo de Montsoriu.
Si unimos una línea que parta del punto medio de cada uno de los lados con el vértice opuesto, el centro se hallará en un lugar no muy lejano al castillo de Montsoriu. Y ello no es un hecho baladí. Veamos lo que a este respecto escribe el mayor estudioso español de la tradición en los tiempos modernos, en su libro Guía de las brujas en España:
“Dice la leyenda… que los payeses de Gualba vivían aterrados ante los acontecimientos diabólicos que tenían lugar en el cercano castillo de Montsoliu [Montsoriu]. Allí, al parecer, vivía una soberana de las brujas, la reina Guilleuma…” Posteriormente alude a la presencia cercana de una urbanización de lujo, “que se han montado los prohombres catalanes a la vista de las cumbres inmediatas del Montseny” (página 149). De dicha urbanización habla con anterioridad, y dice lo siguiente: “Aquí hay pescadores y campesinos dándose la mano en sus tradiciones, bosques y playas, dólmenes, viejos castillos encantados, y urbanizaciones al alcance de las fortunas más privilegiadas, que han ido a buscar su segunda casa junto a la tradición que saben viva, y que no les importa ocupar, aun a costa de –siempre relativas- depredaciones. Hay también gente que viene husmeando en esa tradición, tratando de sacar de ella la esencia de una recuperación prácticamente imposible, pero digna de ser rastreada, recreada y puesta al día” (página 143).
Juan G. Atienza sabía muchas cosas, que callaba por prudencia y responsabilidad. Pero no cabe duda de que era plenamente consciente de la posición que ocupa el Montseny (y por ende, el cercano castillo de Montsoriu, el más importante y poderoso de Cataluña en sus tiempos), en el conjunto de la geografía y de la tradición del país. Así, afirma sobre el macizo del Montseny: “El Montseny constituye el centro exacto de una extensa comarca catalana marcada por la incidencia del fenómeno brujeril” (página 147). A este respecto, el Montseny sería, como Montserrat, una “síntesis grandiosa de la Gran Tradición” (página 138).
Volvamos al mapa antes expuesto. ¿Qué importancia tiene Montsoriu, desde un punto de vista que vaya más allá de lo puramente geográfico o estratégico? (No olvidemos que se trata de un importante castillo medieval, hoy día en vías de restauración.)
Montsoriu en vista panorámica.
Montsoriu fue en su tiempo uno de los castillos más importantes de Cataluña.
Recreación moderna del castillo.
Para entenderlo, habríamos de conocer los fundamentos de su etimología. A este respecto, existen las más variadas interpretaciones: Mont-sorio (muntanya del suro: montaña del corcho, por los alcornoques que hay en los alrededores), Mont-Soliu (montaña del Sol, o bien montaña solitaria), Mont-so-riu (montaña sobre el río), entre muchas otras. Pero desde mi punto de vista, es más fácil pensar que su origen etimológico sea tan simple como mons-oriu, combinación del latín “mons” (de mons-tis) y del griego “orós” (orós-eos), con lo que tenemos “monte del monte”. Éste no es un hecho extraño: así tenemos el término “Valle de Arán”, que significa literalmente “Valle del valle” (haran es “valle” en vasco). Nótese asimismo que “orós” tiene en griego otra acepción: la de límite, frontera, o mojón (orós-ou), conservada en latín en "ora-ae" (límite, contorno, región). Así pues, Montsoriu (mons-oriu) ¿podría ser la "montaña del límite", o la "montaña de la región"?
Hay un aspecto que me ha llamado especialmente la atención por lo que se refiere a ese triángulo conformado por Òrrius, Tavèrnoles-Savassona y Puig de la Cadireta-Sant Grau d'Ardenya. En pleno centro de la zona megalítica o monumental de los dos primeros enclaves (Òrrius, Tavèrnoles) encontramos setas esculpidas en madera; en el Puig de les Cadiretes es la formación rocosa conocida como Pedra sobre l'Altra la que, desde un determinado punto de vista, tiene forma de seta. Mi pregunta es: ¿representan estas figuras en forma de seta los "tokens", o símbolos, que los relacionan entre sí, y los particularizan como cada uno de los vértices del citado triángulo?
Izquierda, Òrrius; centro, Tavèrnoles; derecha, Puig de les Cadiretes (Pedra sobre l'Altra). La seta representa lo más elemental que vive en el bosque; ¿será por ello que caracteriza a estos tres espacios?
Ahora pensemos en uno de los vértices de nuestro triángulo: Òrrius, lugar brujeril por excelencia. Según la interpretación habitual, deriva del latín “horrea”, que significa “graneros”. Pero, ¿por qué no pensar que su origen etimológico pudiera ser asimismo el griego “orós”?. Sea como sea, si unimos el término latino “mons” (monte) con el topónimo Òrrius tendríamos “mons-Òrrius”, que leeríamos como “Monsòrius”, y que finalmente derivaría en Montsoriu. Si añadimos el sentido que le di antes a la palabra Òrrius (de “orós”, es decir, tanto monte, como frontera, como mojón), podríamos entender la relación existente entre dos enclaves tan alejados entre sí como Òrrius y el castillo de Montsoriu. ¿Acaso este último no ha sido considerado, desde antiguo, como opina Juan G. Atienza, el centro de una región de culto brujeril; y por extensión, de laTradición Primordial?
En el siguiente mapa iré más allá de la concepción “central” de Montsoriu, y lo inscribiré en un diseño más complejo si cabe de “Geometría Sagrada”.
El centro del círculo que une los tres enclaves megalíticos de Tavèrnoles, Òrrius y les Cadiretes se sitúa entre la población de Breda y Montsoriu.
Nótese este mapa. Si alargamos la línea recta que une Òrrius con Montsoriu (mons-Òrrius), llegamos a un enclave llamado Sant Grau (una pequeña montaña). Ahora alcemos la perpendicular desde Sant Grau d’Ardenya en dirección al interior (véase el mapa); veremos cómo aquélla va a parar al primer Sant Grau (cerca de la localidad de Sant Gregori). Así pues, aquí tenemos los dos Sant Grau más relevantes de la geografía catalana (donde los distintos Sant Grau se pueden contar con los dedos de una mano). ¿Qué valor tiene este topónimo? No lo sé, pero la similitud con Gradual, Gradal, o Graal es relevante. Aunque ello no deja de ser una especulación: Sant Grau-al, ¿San Graal? (Nótese no obstante que Sant Grau es, formalmente, un santo occitano del siglo IX.)
A pocos kilómetros de Sant Grau (Sant Gregori) hallamos el santuario de Rocacorba, un punto de referencia para la Tradición local.
Continuemos. Seguidamente, unamos con otra recta el santuario de Sant Grau d’Ardenya con Òrrius. Con ello obtenemos un triángulo rectángulo (nótese que la perfección es impensable, puesto que no es fácil ubicar mediante la agrimensura los objetos en el territorio, cuando éste se extiende por decenas de kilómetros a la redonda; y aún menos cuando hablamos de fechas remotas en el tiempo). Por otro lado, si trazamos una recta entre Sant Grau d’Ardenya (cerca de les Cadiretes) hasta el castillo de Montsoriu, tendremos -aproximadamente- la mediana de la línea que une Òrrius con el Sant Grau cercano a Sant Gregori (Girona).
(Nótese asimismo que en este triángulo rectángulo, conformado por Òrrius, Sant Grau -cerca de Sant Gregori-, Sant Grau d’Ardenya -cerca de les Cadiretes- y de nuevo Òrrius, encontraremos al menos dos Sant Feliu: Sant Feliu de Bouixalleu, cerca de Montsoriu, y Sant Feliu de Guíxols, cerca de les Cadiretes… A ellos le hemos de añadir Sant Feliu de Savassona, cerca de Tavèrnoles, situado en el círculo que une Òrrius, Tavèrnoles i les Cadiretes. Demasiados “Sant Feliu” para tan poco territorio. ¿Cuál es el motivo? Es algo que ignoro.)
Así pues, en el primer mapa vemos un triángulo –aproximadamente- equilátero (con centro en Montsoriu); y en el segundo, un triángulo –aproximadamente- rectángulo, y un círculo (con centro cercano a Montsoriu) que es tangente con Òrrius, Tavèrnoles y les Cadiretes, los tres enclaves de nuestro paseo megalítico y brujeril.
A pocos kilómetros del Puig de les Cadiretes encontramos la tumba megalítica más importante de Cataluña, en Romanyà de la Selva.
En definitiva, no hemos de interpretar este tema desde un punto de vista estrictamente “arqueológico”, sino también como una cuestión que atañe a la “simbología”; y más en concreto, a la “Geografía Sagrada”. Para saber más sobre este tema invito al lector a repasar mi artículo Las tres Estrellas.
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